Se acabó la neutralidad del Internet en los Estados Unidos según la dación de normas otorgadas la semana pasada por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC por las siglas en inglés), ahora las diferentes operadoras pueden a su libre albedrío bloquear o discriminar los contenidos o cobrar según sus intereses. Aunque cierto es que la decisión está en fase de apelación. Uno de los valores del Internet es que su contenido que discurre por ello es neutral, en buen romance que todos podemos acceder a ello.
Algunos expertos ya avizoran que Estados Unidos perdería el liderazgo natural aparte de ser el inventor del internet y que va a ser un mal ejemplo para otros, cómo afectaría esta decisión a nuestro país. América Sistemas solicitó la opinión de Abel Revoredo, abogado experto en esta clase de temas y nos remitió la siguiente entrega.
¿El fin de la neutralidad de red?
(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 20 de diciembre 2017) El Dr. Revoredo comienza diciendo que el 14 de diciembre, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos derogó las normas que regulaban la neutralidad de red. Dichas normas, que fueron aprobadas en el 2015 durante la administración del presidente Barack Obama, buscaban garantizar que el tráfico de Internet debería ser tratado por igual, independientemente de su tipo y su procedencia, e impedir que los proveedores de servicios de internet (ISP) impongan restricciones como discriminar algún tipo de tráfico sobre la base del consumo de ancho de banda, cobrar a los proveedores de contenido diferentes según el tráfico que curse en las redes y potencialmente bloquear contenidos de ciertos proveedores.
Los principales opositores a la derogación de la neutralidad de la red son las empresas especializadas en tecnología y plataformas de contenido (OTT) como Netflix o Youtube, que brindan servicios a través de Internet, pero que, aunque requieren anchos de banda y velocidades mayores que otras aplicaciones, no requieren de infraestructura propia, no necesitan realizar mayores inversiones ni están sujetos al marco regulatorio de los ISP. Ellos consideran que la eliminación de esta normativa podría afectar la innovación y la competencia al darles la potestad a los operadores de elegir cual será el tratamiento que tendrán las aplicaciones o servicios que usan su red o cuales otras tendrán un acceso limitado.
Los consumidores temen que con la desaparición de la neutralidad de red se eleven las tarifas de acceso a Internet, o limitar o censurar el contenido o información de terceros lo que puede perjudicar su derecho a la libertad de información y quieren evitar que existan distinción entre futuros contenidos “premium” y de segunda clase.
Por su parte los ISP se encuentran a favor de eliminar el concepto de neutralidad de la red pues les resta habilidades para gestionar los tráficos en sus redes, les reduce los beneficios económicos por el uso de su infraestructura y les genera limitaciones de liquidez para invertir en la mejora de su infraestructura. Por otro lado, señalan que la posibilidad de controlar el tráfico en Internet que se les atribuye pudiendo elegir que OTT se beneficia mas que otro resultaría una práctica anticompetitiva que ya se encuentra sancionada y expresamente prohibida en la legislación de competencia por lo que esa preocupación carece de sustento.
La supresión de la neutralidad de la red que se está discutiendo nos podría afectar indirectamente en el Perú. Los principales proveedores de contenido (Facebook, Google, etc.) tienen a gran parte de sus usuarios en Estados Unidos, por lo que un cambio en la regulación que afecte sus costos podría significar un cambio en la forma en que prestan sus servicios en el resto del mundo, pudiendo producirse un traslado de sobrecostos a los usuarios para tratar de mitigar los efectos de la nueva regulación.
Asimismo, Estados Unidos es un referente mundial por lo que existe el riesgo que reguladores de otros países se sumen a la iniciativa en contra de la neutralidad de la red. Aunque en el Perú contamos con un reglamento de neutralidad de la red que establece los supuestos en los cuales los operadores pueden gestionar o limitar el tráfico de sus redes, no es posible descartar que este reglamento pueda ser revisado para ajustarse a las nuevas tendencias del mercado de Internet.
Nosotros consideramos que existen argumentos válidos en ambas posiciones aunque no creemos que vaya a producirse el apocalipsis que se vaticina. A medida que Internet evoluciona principalmente de un medio de intercambio de información a una plataforma de cada aspecto de nuestras vidas con el Internet de las cosas (IoT), los requisitos de gobernanza, privacidad y seguridad también crecerán. Por otro lado, el mayor consumo de recursos de red por parte de los OTT está generando que los ISP se encuentren obligados a invertir cada vez más en infraestructura para garantizar la calidad de los servicios en Internet sin recibir un beneficio directo de los nuevos servicios; por lo que, si queremos un Internet de calidad, debemos garantizar que la infraestructura sobre la que se soporta Internet se mantenga actualizada para responder a nuestras mayores necesidades.
Por: Dr. Abel Revoredo Palacios