El profesor y conocido profesional peruano Guillermo Ruiz Guevara comienza su entrega periodística diciendo: Consulté a un arquitecto, a qué se refería con educación virtual, como su respuesta la encontré insubsistente, le pregunté: “Tus diseños y tus obras, ¿Son virtuales?”. Iniciada la discusión, reparó en lo sustantivo, el diseño lo elabora con la asistencia de una computadora; la obra resultante siempre es real, no virtual. Esto último, simplemente ¡Es imposible!
La invasión de términos, de neologismos y anglicismos provenientes de la jerga tecnológica, dan lugar a nuevas acepciones.
Lo virtual, crisis de Entendimiento
Importante ubicar los términos en su correcta, amplia y legible significancia en sus diferentes espacios de aplicación.
(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 22 de abril 2020) Por usos y costumbres, la semántica queda afectada; las palabras mutan, dicen los lingüistas. Nuevos significados, que muchas veces promueven adopciones por la Real Academia Española.
Veamos, ¿Existirá el Derecho Virtual? Seguro que los abogados “millennials”, que no se dieron tiempo para estudiar a Cabanillas, dirán que sí. El ejercicio de la legalidad quedaría impactado en su significante por lo relativo, el simulacro, la réplica, ¿Lo aceptamos? En rigor, lo justo no podría virtualizarse ni la verdad podría ser un holograma.
Es así que el ámbito de la ciencia y de la técnica son espacios en los que convendrá establecer diferencias de aplicación y la asimilación de lo virtual. Si la ciencia no es exacta, no demostrada, no validado lo real, entonces pierde relevancia. Lo no probado, lo no realizable, no repetible o no verificable, no corresponde a la ciencia. En el caso de la técnica “tocamos” otra dimensión, de la simulación, de lo probabilístico, de la representación. Es así que la ingeniería hace suyos todos los usos y efectos de las computadoras para reproducir, calcular, diseñar y establecer formatos no tangibles. Pero los logros, en la mayoría de casos, siguen en el espaciofísico de lo real.
La universalización de Internet y sus múltiples aplicaciones no deben dañar el buen idioma; por el contrario, deben precisarlo.
Es así que es discutible la validez de la economía virtual, que se diferencia de la acepción de la economía digital. La primera, acaso se refiere a un modelo inflacionario en una hoja de cálculo, pero no a la inflación misma. La segunda se refiere a las aplicaciones de intercambio de negocios asistidos por las tecnologías de la información.
En el caso de Educación Virtual ingresamos a un caso particular, en el que la popularidad del término no puede degradar el rigor de los términos empleados por los educadores, por los cientistas de la educación.
La Educación es una ciencia cuyo campo de investigación y aplicación es la transformación y desarrollo integral del ser humano. Es decir, su objeto de estudio son seres reales. Lo virtual es la réplica o simulación de lo real. La educación no transforma réplicas. Es una frase convertida en un neologismo inventado por no educadores, en rigor técnico, es un barbarismo.
Es oportuno ubicar los términos en su correcta, amplia y legible significancia, para lograr que el entendimiento de los sistemas, procesos y técnicas en general puedan ser comprendidos y compartidos, por todos y entre todos. Requisito de la multidisciplinariedad.