Los ciberataques contra instituciones públicas se repiten sin tregua. No buscan rescate: los hackers solo exhiben la debilidad del Estado. Bases de datos circulan en Telegram y portales oficiales son intervenidos sin que nadie asuma responsabilidades. La población observa con alarma y las autoridades callan. AS advierte que muchos oficiales de seguridad carecen de competencias, elegidos más por amiguismo que por mérito. Urge una estrategia nacional de ciberseguridad, con estándares comunes y profesionales capaces, antes de que cada ataque se convierta en un recordatorio de que seguimos indefensos en el mundo digital.
Hackeos sin freno: el Estado expuesto y sin responsables
La población es testigo de un fenómeno alarmante: ataques cibernéticos constantes contra instituciones públicas, sin exigencias de rescate ni motivaciones económicas. Los hackers lo hacen por diversión, para demostrar la fragilidad del sistema.
(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 01 de octubre 2025) El reciente ataque al portal del Diario Oficial El Peruano, que obligó a trasladar la publicación de normas legales a otra plataforma, no es un hecho aislado. Las redes sociales hierven de preocupación, mientras las autoridades permanecen en silencio. En Telegram circulan bases de datos completas de entidades como RENIEC, a la venta como si se tratara de simples mercancías. Todo ocurre a la vista de todos, sin trazabilidad, sin sanciones y con un vacío de responsabilidad preocupante.
La gravedad no reside solo en la pérdida de información o en el bochorno institucional, sino en la constatación de que nuestros sistemas carecen de defensas mínimas. Lo que se ve —webs defaceadas, archivos expuestos, datos vendidos en mercados paralelos— no son más que síntomas de un mal estructural: la ausencia de una arquitectura digital común, soberana y segura.
AS lo ha denunciado reiteradamente: la gran mayoría de oficiales de seguridad carecen de competencias, ubicados por amiguismo antes que por mérito en las diferentes instituciones públicas. Y mientras no se corrija esta raíz, los parches técnicos serán inútiles.
Hoy más que nunca se requiere liderazgo político para diseñar una estrategia transversal de ciberseguridad, formar profesionales creadores de tecnología y dejar atrás la improvisación. De lo contrario, cada hackeo será un recordatorio humillante de que nuestra infraestructura digital es un castillo de naipes expuesto al viento.