Es el título del artículo que nos remite Alejandra D`Agostino, funcionaria y socia principal de Capital Humano de Deloitte. La ejecutiva menciona que el año pasado, tuvo columnas recurrentes referidas a las dimensiones impactadas por el concepto de “Big Data”, y por ende transformadas por el acceso y la masificación de datos. En estos artículos remarqué que tanto el arte, como el deporte, como la política, y hasta el crimen forman parte de este fenómeno. Pero lo que nunca me había puesto a pensar es lo irrisorio de algunas metáforas que utilizamos a diario. Pensemos, por ejemplo en la frase: “la enorme cantidad de datos que reside en la nube” y analicémosla.
Arte y Big Data
Queda un largo camino por recorrer en esta novedosa tecnología enfatiza la ejecutiva.
(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 15 de febrero 2017) Gracias a un video extraordinario de Timo Arnall (Director Creativo de Berg) pude darme cuenta que “utilizar la nube como metáfora es una construcción muy extraña dado que la palabra ‘nube’ nos da la sensación de algo amorfo, lejano, esponjoso y que va cambiando; y este concepto no nos ayuda a entender como realmente están almacenados nuestros datos”. Si pudiéramos ver una foto de los espacios donde se almacenan, procesan y transfieren los datos, y como los datos recorren el mundo, veríamos mucha materialidad en el espacio (cables, circuitos, discos, memorias, servidores); es decir nada más lejano que el concepto que desde pequeños tenemos de “nube”. Lo extraordinario de este análisis es que el video de Timo Arnall lo vi en un espacio artístico, donde se explicaba en enormes salas de museo el impacto de la tecnología en el arte.
Otra obra que llamó mi atención dentro de la exposición estaba en una computadora. En cuanto leí esta frase en la pantalla del dispositivo una gran emoción me invadió: “¿Encontraría a la maga? Tantas veces me había bastado asomarme viniendo por la rue de Seine…. ’’. Por supuesto el texto pertenece a “Rayuela”, la genial obra del argentino Julio Cortázar. ¿Pero qué hacía allí la obra de Cortázar? El artista Santiago Ortiz (matemático y científico colombiano) nos presentaba su particular homenaje y nos daba una nueva perspectiva de la lectura del libro a través de una interfaz visual interactiva, donde las conexiones entre capítulos se tejían dando forma al espacio virtual, con una fisonomía interna que cuidaba la propia estructura de la narración original.
Hace más de 50 años Julio Cortázar publicó “Rayuela”, primera novela de lectura no lineal. El autor en la introducción de su libro nos dice: “A su manera este libro es muchos libros” y pienso, mientras contemplo la obra de Ortiz, que si alguna vez Cortázar imaginó que podríamos leer su libro de esta forma, es importante darnos cuenta del impacto que la tecnología tiene hoy sobre nosotros y aún más, el que tendrá sobre las generaciones venideras.
Si bien, cada vez más las empresas peruanas están aprovechando las ventajas y oportunidades que brinda la tecnología para potenciar su estrategia de negocio usando todo tipo de información proveniente de distintas fuentes (el fenómeno Big Data significa datos a gran escala), aún queda un camino largo por recorrer. Las dificultades más habituales vinculadas a la gestión de gran cantidad de datos se centran en la recolección, almacenamiento, distribución, análisis, y visualización de los mismos. ¿Podremos los líderes de las compañías tener la capacidad de enfrentar estas dificultades tanto con datos estructurados, con datos no estructurados o con datos semiestructurados de nuestros clientes, proveedores, empleados? Deberíamos de poder, artistas de todo el mundo nos demuestran que se puede. Las obras de arte ya no son solo “cuadros” o “esculturas”, son también procesos digitales, complejos algoritmos. En definitiva, la tecnología ha impactado en el último espacio que hubiéramos pensado que impactaría: el arte.