El prestigio de la UNI y sus 141 años de fundación en entredicho, nunca entendió el propósito de salvar vidas. En tiempos cuando le tocaba responder a las exigencias de la población peruana para hacer frente a la emergencia sanitaria, da la espalda. Las 47 plantas de oxigeno encargadas hace meses sólo entregó cinco y a exigencias de la opinión pública y con el plazo vencido, presentó siete plantas móviles adicionales (3 terminadas y 4 por concluir). Todo indicaría que el gobierno resolvería el contrato, mencionó el ministro de salud Oscar Ugarte ante la comisión de salud del Congreso. Sentimientos encontrados causa en distinguidos profesionales la actuación de su alma mater. ¿Habrá responsables?
Un Comentario
Luis Guembes
Etimado César:
Desde que se inventó la “Persona Jurídica” para que las empresas gozaran del derecho de las personas, como por ejemplo, endeudarse o invertir, se han aprovechado de la impunidad de las personas que actúan detrás del ese “escudo legal”.
Así, si formas parte de una empresa que contamina una reserva ecológica, la nulta se la ponen a la empresa, no al responsable final.
En el caso de la UNI, la Cayetano Heredia y San Marcos, salpicadas por diversas acciones escandalosas de algunos funcionarios, no puede ser de otra manera: Los infractores se escudarán en la “persona jurídica”, dirán que actuaron en su representación de acuerdo a los poderes que exhiban y posiblemente la punica sanción que recibirán (Si es que la reciben) sería una amonestación meramente administrativa.
El prestigio de las universidades mencionadas y de todas las entidades en general, no debería mancharse por estos hechos, sin embargo, el daño a la imágen es irreparable. Con la ayuda de la prensa, se exacerbarán todos y cada uno de los detalles, y como es costumbre con los hechos deleznables, los narrarán por horas y horas, repitiendo hasta causar asco, el atropello de la agente del SAT, la decapitación del delincuente extrajero, la cara mutilada de la víctima de agresión conyugal, el cerebro del ciclista atropellado por el volquete desparramado en la pista, una y otra vez hasta que no quede ya espacio para indignarse, rebelarse ante la ignominia, la injusticos y el abuso, hasta que a la gente le salga una costra inmensa que les permita ver estas escenas mientras muerde su apetitosa hamburguesa y le da sorbos a su gaseosa helada.
¿Llegará el día en que las personas sean responsables de sus actos dentro de una institución?.
Es algo que ya no espero ver en mi tiempo de vida, lamentablemente.