Ahora que nos ocupamos sobre las mafias enquistadas en algunas instituciones públicas, la Sunarp vivía una pesadilla en la década de los 80´s. La jefa de entonces, Lily Salazar de Villarán reconocía que las medidas para acabar con la falsificación de documentos de las propiedades inmobiliarias no habían dado resultado, “La fuerza de la mafia es tan poderosa, que no hemos podido contra ellas” se lamentaba. Así, recurren a la tecnología adquiriendo un gran computador IBM-38 con memoria de cuatro megabytes permitiendo prescindir de los tramitadores coludidos con algunos funcionarios. Así lo dice la página 92 del único libro dedicada a la historia de las TIC´s en el Perú.