En la década de los 60, la Facultad de Ingeniería de la PUCP en Perú experimentó un cambio significativo en su proceso de admisión y gestión académica. En esta ocasión, el ingeniero Jorge Solís Tovar, protagonista de esta historia, nos relata cómo una innovadora idea desencadenó una transformación en la educación y marcó un paralelo con un hito histórico peruano. Sigamos leyendo una parte de la historia de las TIC´s en el Perú narrada por su protagonista.
Avances Tecnológicos en la Educación: Un Salto a Finales de los 60’s
Aprovechamos para invitar a nuestros lectores que tengan alguna anécdota histórica relacionada con las TIC´s que se pueda compartir con nuestros lectores es bienvenida.
(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 16 de agosto 2023) Solís Tovar recuerda que a finales de los 60, la Facultad de Ingeniería de la PUCP enfrentaba un desafío peculiar: con apenas 120 alumnos distribuidos en cinco años de estudio, se requería un impulso para atraer a más estudiantes y expandir los horizontes de la educación en ingeniería. Bajo el liderazgo del Decano Ricardo Rey Polis (QEPD), se concibió una propuesta revolucionaria inspirada en modelos universitarios estadounidenses: eliminar los exámenes de ingreso y en su lugar introducir un sistema de evaluación por curso.
La idea era simple pero audaz: en lugar de enfrentar un examen de ingreso, los aspirantes se matricularían directamente. Posteriormente, se les evaluaría mediante exámenes de selección por curso. Los que superaran estos exámenes avanzarían al curso equivalente de primer año, mientras que aquellos que no lo lograran completarían el mismo curso en una especie de “pre-facultad”. Este enfoque permitía que todos los estudiantes estuvieran inmersos en la Facultad, avanzando según su rendimiento.
Este concepto llevó a un aumento espectacular en la matrícula, pasando de 120 a unos 600 estudiantes. Sin embargo, este aumento presentó un nuevo desafío: la administración manual de calificaciones ya no era viable. Aquí es donde entró en escena la tecnología de IBM. Jorge Solís Tovar, quien supervisó este proceso, coordinó con IBM para procesar todas las actas de los cursos, asegurando que los promedios y las notas finales se calcularan con precisión.
Esta transformación en la gestión académica encaja de manera intrigante con un hito histórico peruano: el país experimentó un periodo de cambios sociales y políticos durante los años 60, culminando en el año 1968 con el gobierno militar del dictador Juan Velasco Alvarado. Este movimiento, conocido como la Revolución Peruana, buscaba reformas en diferentes áreas, incluida la educación.
A pesar de las vicisitudes en la gestión de las calificaciones, el ingeniero Solís Tovar no cejó en su empeño. A su regreso en 1969, encontró que se consideraba cancelar el contrato con IBM y regresar a un proceso manual. Sin embargo, su visión se centró en un futuro más tecnológico. Si abandonaban la automatización, ¿cómo podrían presionar para obtener un Centro de Cómputo propio, crucial para la evolución de la educación en ingeniería?
Su persistencia rindió frutos. Tomando nuevamente su liderazgo característico, Solís Tovar se comprometió a supervisar la transición hacia la tecnología de cómputo, esta vez asegurando que fuera en una computadora propia para la Facultad. A finales de 1969, su perseverancia resultó en la adquisición de una computadora propia, marcando un hito en la automatización educativa y preparando el terreno para el futuro de la ingeniería.
Esta anécdota ejemplifica cómo una innovación en la educación puede tener resonancias históricas. Al igual que la Revolución Peruana de los 60, que buscó teóricamente transformar el país, el ingeniero Solís Tovar lideró una revolución interna en la educación, preparando a los ingenieros del futuro para enfrentar los desafíos tecnológicos y sociales de su época y más allá. Así lo registra la historia de las TIC´s en el Perú.