Varias impresiones provocó conocer el cada más pobre rendimiento académico que últimamente viene brindando la Universidad Nacional de Ingeniería y donde sus autoridades sencillamente parece que no les interesa haciendo oídos sordos. Entre ellos podemos rescatar lo que señala el educador Guillermo Ruiz Guevara donde da a conocer que el título “La desazón en la UNI”, debería ser “La involución generacional observada en todas las universidades”. Mal de muchos…decimos. Otro punto de vista que por su importancia lo damos a conocer en su integridad. Recordemos que AS hizo varias notas al respecto en ediciones anteriores (aquí, aquí y aquí).
Un punto de vista diferente y donde se va a desarrollar la Didáctica digital es uno de los pasos que va a dar la Escuela de Postgrado de la UNI
En el ranking académico publicado recientemente por la SUNEDU, se afirma que dicha universidad su rendimiento decae año a año, generando gran preocupación en la comunidad y especialmente entre sus egresados.
(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 05 de octubre 2022) Ruiz sostiene que asistimos a confusiones diversas. Una es el mito de la generación digital, los niños siempre serán más audaces que los adultos, pues no tienen límites provocados por el miedo ni estereotipos producidos por la excesiva cautela, presionan botones y funciones de los equipos sin medir si se malogra, así descubren la reacción del equipo (PC, móvil u otro) y van aprendiendo a manejarlo. Sucedió en los 50-60 del siglo pasado con el TV, luego en los 70-80 con el control remoto, después con el Betamax y otros equipos. Y seguirá sucediendo porque la curiosidad y la imaginación brota, sin auto-cuestionamientos.
De otro lado, la calidad de la enseñanza desmejoró, eso se analiza en todas las Facultades de Educación. Y sobre la PC, nunca fue verdad que haría más inteligentes a las personas. El desarrollo del razonamiento estructurado está en crisis, porque a los educadores actuales les siguen enseñando educadores que se formaron en las teorías y prácticas de los 70-80; muy poco cambió en la forma de enseñar. Por ejemplo, en ninguna Facultad de Educación se enseña a enseñar la matemática de modo experimental, lo que sí se puede hacer, para todo el currículo de primaria-secundaria.
Desde los 80-90 asistimos a un empobrecimiento de la formación de educadores y a un avasallamiento de los educandos por el “profesor-TV”, así como la inclinación por la ludopatía que facilitan los juegos audiovisuales y ahora la “dependencia existencial” en el móvil-chat. El caso, señores, no es un problema solo de la UNI, esto es un error; el problema sustantivo es que el “mercado de influencias digitales” sumado al facilismo para aprobar la secundaria proporciona a la universidad jóvenes cada vez menos identificados con la creatividad, la lógica, la criticidad, el esfuerzo y el afán de superación. Cuando aparece uno con tales características, pareciera que estamos frente a una especie en extinción.
Corresponde elaborar acuerdos de mayor exigencia. La empresa contemporánea y el nivel de competitividad a que se obliga requiere del pensamiento sistémico, cuyo anclaje es el razonamiento complejo o experto, ¿Saben los docentes de básica regular lo que tienen que hacer para dar los fundamentos para alcanzarlo? La universidad debe ser un laboratorio de desarrollo del pensamiento sistémico, de destrezas y potencialidades, de conocimientos y habilidades intelectuales para innovar y producir. Pero no se tienen los insumos. La didáctica digital no se enseña aún en las facultades de Educación, los docentes van aprendiendo en la experiencia, la tabla de preguntas la manejan sin ser parte de una estratega estructurada, la comunicación gestual y la impostación de la voz aún no son parte del acto de enseñar. Esto último es un asunto ya formulado, que será parte de un curso de didáctica digital que ofrecerá la Escuela Central de Postgrado de la UNI, en pocos días. Que se sepa, será la primera universidad en ofrecer esta especialidad a su plana docente. Finalmente, entre otros, por favor, no repitan eso de habilidades blandas que es un grave error de traducción, no se quiere profesionales blandos, se exigen profesionales con destrezas potenciales.
Por: Guillermo Ruiz Guevara